La suplantación de identidad consiste en una acción por la que una persona se hace pasar por otra para realizar una actividad de forma fraudulenta como contratar un crédito o una línea telefónica o atacar a otras personas.
Cualquier persona puede ser objeto de una suplantación de identidad desde el momento en que tenga datos personales o fotos en internet, en una página web (correo electrónico como gmail o Hotmail) o en una red social (Facebook, Instagram o Twitter).
Dependiendo de la actividad que se realice, la suplantación de identidad puede encuadrarse en un delito de descubrimiento y revelación de secretos del artículo 197 ter del Código Penal o un delito de estafa del artículo 248 del Código Penal. Además de lo anterior, se puede producir un daño que sea evaluable económicamente desde un punto de vista civil, por el que se podrá solicitar una indemnización por daños y perjuicios.
¿Qué consecuencias puede tener la suplantación de identidad?
Las consecuencias dependerán de cada caso y de la rapidez con la que se actúe, en general, podemos destacar las siguientes:
- Realización de compras por internet con datos robados de tarjetas, por ejemplo.
- Apertura de cuentas corrientes, contratación de créditos o de líneas de teléfono.
- Daños en la reputación de la persona que ha sido suplantada.
- Efectos psicológicos debido a la situación que se vive durante la suplantación.
¿Cómo se puede prevenir una suplantación de identidad?
Para evitar una suplantación de identidad podemos tomar las siguientes medidas:
- Crear contraseñas seguras que combinen letras mayúsculas, minúsculas, números y símbolos y no guardarlas en ningún medio electrónico.
- Acceder a páginas webs seguras en cuya URL figure https:// y un candado cerrado.
- Pide a tu banco que active una alerta en tu tarjeta, siempre que realices una compra para que te envíe un mensaje al móvil y cotejar que la has realizado tú.
- Contrata un seguro para cubrir los posibles daños de una suplantación de identidad.
¿De qué forma puedes actuar?
Es importante que mantengas la calma y recopiles pruebas. Haz capturas de pantalla de los perfiles falsos que pueden haberse creado en redes sociales, de los correos electrónicos que recibas y de los mensajes de mensajería instantánea como Whatsapp.
Una vez que tengas las pruebas puedes presentar una denuncia presencial ante la Policía Nacional, la local o la Guardia Civil. Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil tienen unidades específicas dedicadas a delitos informáticos.
Si después de poner la denuncia sigues obteniendo más pruebas, podrás ampliar la denuncia. La denuncia se analiza por el organismo que la recibe y se envía al Juzgado que corresponda si se ven indicios de delito. Se realizará una investigación, se podrán tomar medidas cautelares y se iniciará un proceso penal.
Por otra parte, en el caso de creación de perfiles falsos, se puede avisar a la empresa que los gestiona (Facebook, Twitter) para que lo analicen y eliminen el perfil falso.
Una buena opción es consultar con un abogado especializado en temas penales para que te ayude a recopilar pruebas válidas y a presentar la denuncia.
Comentarios recientes