ENTRADA

¿Eres autónomo emprendedor? ¿Tu negocio va bien pero no sabes por qué no remonta tu tesorería?

Presta atención a los consejos que te doy para controlar tu tesorería:

 

#1. No cobres tu sueldo en función de la facturación

Si un trimestre facturas mucho y otro poco, no te lleves dinero de «la caja» en función de la facturación.

Es mejor que estipules un sueldo mensual porque si no, puedes encontrarte que cuando llegue un trimestre no tengas tesorería para pagar proveedores, impuestos. Y, por supuesto, no puedas cobrar tu sueldo.

¡Evita sorpresas!

 

#2. Controla los gastos y prorratéalos

Haz una previsión de tus gastos mensuales, trimestrales, anuales (seguro de la actividad, pago de impuestos, seguros sociales, etc.).

Esto te permitirá tener control sobre tus gastos y prorratearlos (es decir, podrás guardar mensualmente una cantidad de dinero para cubrir los meses siguientes que tienen esos gastos extra: impuestos cada tres meses, el seguro del local anual, etc.).

Sé riguroso y ordenado con los pagos, no lo hagas según van llegando o tengas dinero. Si has aplicado la fórmula del prorrateo, tendrás provista o guardada la cantidad.

Si no, tendrás todo descontrolado, porque ya no sabrás cuales eran los gastos trimestrales, semestrales, etc.

Te recomiendo que hagas un calendario de pagos y cobros mensual, te ayudará a tener ingresos y gastos controlados.consejos tesoería

 

#3. Cobra la paga extra en Navidad

Si a final de año, tu facturación ha sido muy alta, en función de cómo hayan salido tus impuestos a pagar, tu asesor te recomendará que cobres paga extra.

¿Por qué? En realidad, no es necesario que tengas la cuenta de la actividad con tanto dinero apalancado. Eso sí, antes de la alegría de la paga extra, habrás hecho una previsión de facturación y gastos para el siguiente año.

En este momento te alegrarás de haber sido austero durante el año.

[framed_box width=»0″ height=»0″ ]Ejemplo: Durante el año has facturado 60.000,00€ y tu sueldo ha sido 1.000,00€. Cuando llega Diciembre del año en curso, tu cuenta de la actividad tiene un saldo de 25.000,00€ y no necesitas tanta liquidez. Una vez consultado con tu fiscalista, y hecha tu previsión de gastos para el año siguiente, mira si es posible ( tienes cliente fijos) y podrás cobrar la ansiada paga de Navidad para regularizar el ejercicio.[/framed_box]
¡Que alegría te has llevado!

 

#4. Una Cuenta Corriente sólo para tu empresa

Ten una cuenta bancaria exclusivamente para tu actividad empresarial. Da igual que tengas muchos o pocos pagos, clientes… te ayudará a separar lo personal de lo profesional. Y si tienes una inspección fiscal, para Hacienda también será más claro.

 

#5. Revisa la rentabilidad de tu negocio

Es interesante saber si el trabajo que haces es rentable o no, porque a lo mejor estás cobrando muy poco y trabajas mucho. Revisa los gastos que conlleva cada proyecto en el que trabajas y los ingresos que te reporta.

Recuerda que tus seguros sociales, tus empleados, el local que tienes alquilado, la tinta que gastas o la tarifa telefónica se pagan con el dinero que le cobras al cliente.

rentabilidad

 

#6. Subcontrata cuando lo necesites

Si tu negocio no es rentable puedes empezar a pensar en subcontratar la parte del trabajo que no genera rentabilidad (por ejemplo, las tareas administrativas, el reparto a los clientes del trabajo finalizado…) o bien, contratar a una persona en plantilla.

Si subcontratas a un llamado “colaborador” solamente pagas la tarifa del profesional. Sin embargo, a un trabajador, además del salario, le pagas la parte de seguros sociales a cargo de la empresa (a no ser que te acojas a subvenciones por contratos indefinidos, contratos de formación o prácticas que tienen ciertas ventajas para el empresario).

 

#7. Recurre a la financiación

En ocasiones tendrás que recurrir a la financiación ajena, como préstamos, pólizas de crédito… para ampliar el negocio o simplemente seguir adelante. Son gastos deducibles pero:  ¿has pensado a qué tipo de interés está? ¿crees que serás capaz de cumplir con los plazos de pago? Es un arma de doble filo.

Si tus cuentas están saneadas pueden servir para imputarte gastos y no deshacerte de tu tesorería, pero si estás con la soga al cuello ¡CUIDADO!

 

#8. Guarda las facturas

Pide facturas de todo lo que compres para tu actividad: viajes, comidas, gasolinas, etc. a efectos de deducción de gastos. Sin embargo, no intentes canalizar a través de la empresa tus gastos personales porque te estás haciendo un flaco favor.

Algún día llegará la inspección fiscal y no solamente te los eliminarán sino que tendrás que pagar con recargos y sanciones.

[Tweet «Pide facturas de todo lo que compres para tu negocio a efectos de deducción de gastos»]

 

#9. Nada de contabilidad B (negro)

Aunque sea atractivo por aquello de minimizar costes, no pagar impuestos, etc. no trabajes en negro por mucho que te lo propongan.

No podrás deducirte los gastos que te haya generado ese proyecto y no podrás incluir en tu facturación esos cobros.

De hecho, si legalmente no consta que trabajas, en el futuro no tendrás seguridad social, no podrás solicitar un crédito, comprarte un coche o un local para tu actividad. En definitiva, no serás solvente a los ojos de las Administraciones.

 

#10. Cuenta con un asesor

Después de estos consejos pensarás que estás perfectamente cualificado para llevar tu empresa en el plano fiscal. ¡Te equivocas!

Lo ideal es que te sirvan para mejorar tu gestión interna pero debes estar supervisado por un asesor que sea quien lleve tus finanzas, presentación de impuestos, gestiones ante la Administración… porque siempre irá un paso por delante de ti, ayudándote a prever situaciones futuras y prevenir posibles revisiones por parte de la Administración.

 

¿Qué te han parecido estos consejos? Cuéntame si tienes dudas y si con ellos mejoras tu liquidez como autónomo.

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