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Elaborar los impuestos cada trimestre es un verdadero quebradero de cabeza para casi todos los autónomos y la declaración de la renta es uno de los que más importantes. En ocasiones, por desconocimiento, no se aplican todas las deducciones que corresponden en la declaración de la renta (IRPF), por lo que podemos acabar pagando más. ¿Quieres pagar reducir lo que pagas en el IRPF? Te contamos lo que te puedes deducir.

Antes de nada, es importante saber que para que un gasto sea deducible en la declaración de la renta de un autónomo debe cumplir varios requisitos:

  • Que esté afecto a su actividad, es decir, que tenga una relación con la actividad. Por ejemplo, si tienes un coche que está a nombre de tu empresa y lo utilizas para trabajar podrás deducirte los gastos de renting o leasing, gasolina y mantenimiento.
  • Que se justifique con factura. Por ese motivo es imprescindible que pidas factura de todos los gastos que realices en cualquier lugar (gasolineras, taxis, restaurantes, hoteles). Los tickets no se pueden deducir porque no incluyen tus datos fiscales como persona que ha realizado el gasto.
  • Que esté contabilizado. Es decir, que lo incluyas en tus libros contables en el momento en que se produzca el gasto.

Estos son los gastos que te puedes deducir en la declaración de la renta

  • Gastos de explotación. Son aquellos que se producen como consecuencia del desarrollo de tu negocio: material de oficina, mobiliario, mercancías etc.
  • Salarios. Son las cantidades que pagas a tus empleados en concepto de salario mensual y también aquellas cantidades que pagas como dietas, pagas extraordinarias o indemnizaciones.
  • Cotizaciones a la Seguridad Social. Te podrás deducir la cuota de autónomos que hayas pagado durante el año y las cantidades que pagues a la seguridad social como cotización por los trabajadores que tengas a tu cargo en la empresa.
  • Vivienda u oficina. En el supuesto de que realices tu actividad desde casa y esta sea de tu propiedad, podrás deducirte el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), los gastos de comunidad, los seguros y los intereses. Deberás tener en cuenta la parte de la vivienda que destinas a tu actividad y calcular la proporción de los gastos que corresponde. En el caso en que la vivienda sea de alquiler podrás deducirte la renta que pagues teniendo en cuenta, también, la parte de la vivienda que destines a tu actividad.
  • Gastos financieros. Te podrás deducir créditos y préstamos.
  • Amortizaciones. Se refiere al importe del deterioro o depreciación de las inversiones consideradas inmovilizado material o intangible afecto a la actividad.
  • Servicios externos como los de abogados, economistas, notarios, o publicidad.
  • IVA soportado que no haya sido posible deducirlo en las declaraciones trimestrales porque no tengas obligación de hacerlas por tu actividad.
  • Telefonía móvil. Te podrás deducir el gasto siempre y cuando tengas una línea personal y otra para el trabajo.
  • Otros gastos: cursos, asistencia a congresos, gastos bancarios, impuestos (IBI, IAE, tasa de basuras) etc.

Como ves, reducir la carga fiscal en la declaración de la renta, es cuestión de tener presente todo lo que te puedes deducir y aplicarlo siempre de forma correcta para evitar una inspección de Hacienda.

En el caso en que necesites ayuda con la declaración de la renta, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para que te ayudemos.

 

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